¿Qué es el Foro Social Mundial?

De acuerdo a su declaración de principios, el Foro Social Mundial (FSM) nace como un espacio de debate democrático de ideas, intercambio de experiencias y articulación de todas aquellas organizaciones y personas que se oponen al dominio del mundo por el capital y que buscan la construcción de una sociedad que tiene el ser humano como centro. El Foro Social Mundial es un espacio plural y diversificado, no confesional, no gubernamental y no partidario, que articula de manera descentralizada y en red a entidades y movimientos que estén involucrados en acciones concretas por la construcción de un mundo diferente, local o internacional. El FSM no pretende ser una instancia de representación de la sociedad civil mundial.
A partir de la proclamación que "otro mundo es posible", el Foro se convierte en un proceso permanente de búsqueda y construcción de alternativas, no limitándose exclusivamente a los eventos que le den apoyo. Así, durante estos años, el FSM se multiplica como proceso social y político mundial, en diversas manifestaciones locales y nacionales: de esto dan cuenta los Foros Sociales Regionales y Nacionales.
¿Qué es lo que aparece en el horizonte del FSM de Enero del 2005?
Lo que ocurra en Enero del 2005 en Porto Alegre, esta enmarcado en un contexto internacional donde se ha intensificado el uso de la fuerza y la violencia como medio político y militar para instaurar un orden mundial ultraliberal. Al mismo tiempo, se entroniza una metodología de control y represión que amenaza los procesos políticos regionales y nacionales. A esto se unen los efectos nocivos del sistema en la vida política de los países (corrupción, tráfico de influencias, ilegalidad). La democracia política institucional pasa por su peor momento dentro de su corta historia contemporánea.
En otro orden, nos enfrentamos a un deterioro de gran envergadura en las condiciones de calidad de vida y medioambiente para la mayor parte del planeta, creando desafíos importantes en la construcción de estrategias de cuidado y mantención de los recursos naturales para el ser humano. A su vez, la pobreza sigue siendo el talón de Aquiles del modelo económico internacional y el modelo neofilantrópico que se alza como alternativa actual, no logra convencer por su hipocresía y su desvalorización de los derechos de los sujetos.
Por otro lado, los caminos de denuncia del sistema y la proclamación de alternativas, se han multiplicado en los últimos años a través de modalidades de encuentro e intercambio regionales, nacionales y locales. Se va instaurando la idea de que los ciudadanos y ciudadanas de todas partes de nuestro mundo, tienen y pueden crear espacios propios de reflexión y acción. Se trata de un importante esfuerzo autogestionado, de generar condiciones de visibilidad y participación a las sociedades.
En este camino reconocemos a jóvenes y mujeres como sujetos protagonistas que agencian desde sus cotidianeidades y redes, la mayor parte de las actividades de encuentro e intercambio. Es una señal interesante que da fuerza a la idea de una sustentabilidad humana fundada en la reproducción de la vida cotidiana y los microespacios colectivos y creativos.
Para terminar, a nivel local, la sede simbólica de los procesos políticos participativos mundiales y lugar de origen del Foro Social Mundial, Porto Alegre, finaliza su experiencia de más de 15 años de gobernabilidad democrática, cuestionada por sus habitantes a través del voto popular. ¿Qué es lo que los ciudadanos y ciudadanas, critican, de esta propuesta democrática? ¿Cúales son las razones que echan por tierra, una etapa significativa para los planteamientos progresistas?
Es en este cuadro de importantes desafíos que, los principios del FSM, tienen que expresarse y plantearse como banderas inclaudicables de la construcción de un “otro mundo posible”, en Enero del 2005. Ya no esta en juego en este encuentro la constatación de una acción ciudadana crítica e incidente que funcione como soporte de las dinámicas alternativas. Los miles de encuentros y manifestaciones de la sociedad civil permiten evaluar que una gran parte de la humanidad quiere “otro mundo posible”. Tampoco esta en juego la presencia de una sensibilidad política abierta a la ciudadanización de la acción institucional. Este aspecto se ha ido reforzando progresivamente por parte de fuerzas políticas nacionales e internacionales que entienden que su acción depende de la fuerza de la sociedad civil. Empero, ha sido un proceso lento y no exento de manipulaciones y presiones. Pero los porfiados hechos dan la razón a las necesidades de nuestra historia social.
Lo que importa fundamentalmente en este encuentro, a nuestro juicio, es aceptar nuestra condición humana como una vida pluricultural, multifácetica, diversa, expresiva desde lo cotidiano que se construye desde el amor y la paz. Re-conocernos y aceptar-nos como humanos entre “humanos posibles”, permitiendo que nuestras autoexpresiones se proyecten en esferas de vida común, sin imponer-nos estructuras y sistemas de operación autoreferidas.
Somos millones de habitantes del mundo que nos consideramos personas, sujetos de derechos inalienables y que constituimos un gran red cognitiva. Hemos aprendido -y lo seguimos haciendo-, a tolerarnos, aceptarnos y querernos. Sabemos como hacer visible lo invisible. En este marco, nuestras acciones son consecuencia de nuestras experiencias de vida y desde allí, surcamos hacia los mares de los entendimientos sobre las profundidades de nuestra existencia. Estamos ante espacios individuales y colectivos de praxis corporalizadas que liberan las imaginaciones y los sueños y, desatan las fuerzas creativas en torno a la gran acción artesana de prefigurar y hacer realidad “otro mundo posible”.
El FSM del 2005 puede ser un tiempo privilegiado para replantear y revivir con ganas, nuestra humanidad.